domingo, 5 de julio de 2009

Reboot!

Que la industria del cine estadounidense se devora a si misma no le va venir de nuevas a nadie. Como uno puede imaginarse, cuando se habla de una "industria" se habla de producir cosas para ganar dinero, y cuando se invierte tanto dinero en una película como en Hollywood, uno espera un buen retorno de inversion. Lo cual significa que uno tiene que dirigirse al mínimo común denominador, para que la película la vean tanta gente como sea posible... y atenerse a historias bien conocidas.

Por un lado están las interminables secuelas de ciertas películas taquilleras. Luego están los remakes - volver a hacer películas antiguas con actores en auge, cambiando el guión para los gustos actuales.

(Que los remakes tengan sentido artístico es otra cuestión, porque no he oído que nadie prefiera el Psycho de Gus van Sant al Psycho de Hitchcock, o el Lolita de Adrian Lyne al Lolita de Kubrick).

Revisitar viejas historias, adaptarlas y darles un giro personal es tan antiguo como la rueda. Uno sólo tiene que pensar en las múltiples adaptaciones de la historia de Don Juan, la lista de óperas basadas en el mito de Orfeo, o el hecho que la Eneida de Virgilio es una especie de secuela (o spin-off) de la Ilíada de Homero.

Pero hay un fenómeno relativamente reciente, que es el reboot, un término informático que significa "rearranque", y que, con el significado de "rearrancar una historia", creo que se utilizó más a menudo en el mundo del cómic. Un reboot consiste, pues, en volver a empezar una historia serial, conservando el planteamiento inicial de la historie e ignorando todo lo que vino antes.

Un reboot sólo tiene sentido en historietas contadas de forma serial. Algunos cómics tienen más de cincuenta años de historia, y por tanto, muchísimo material que tener en cuenta a la hora de mantener la consistencia interna de la historia. Superman debutó en 1938, así es que a estas alturas tendría que combatir villanos con su superandador, y su superdentadura postiza. Para evitar esto, de cuando en cuando se hace borrón y cuenta nueva (normalmente en un gran evento cósmico) y se reinicia la serie como si los últimos quinientos números de la serie no hubieran ocurrido.
Esto ha sucedido múltiples veces con Superman (especialmente popular fue la "muerte de superman" en los noventa), y quien tenga tiempo y ganas puede echarle un vistazo a la historia y metamorfósis de Green Lantern en este post.

El problema con series tan largas es el bagaje que se acumula. Una vez se definen unos personajes, y esos personajes tienen años de peripecias y traumas, es difícil llevar la historia en otra dirección sin contradecir todos esos años de experiencias, y sin que los fans expresen su santa indignación.
Este es el punto clave: en general, los fans de los comics y la ciencia ficción exigen consistencia interna. Supongamos que en un número del cómic, Lex Luthor contrae un virus y tiene que tomar un suero cada séis horas para sobrevivir. Si varios años después, Lex Luthor se estrella en las montañas con su avión y pasa una semana hasta que es rescatado sin efectos nocivos, los fans se presentarán en la redacción de DC Comics con antorchas y horcas.
Así es que un evento menor años atrás constriñe el tipo de historias que se pueden contar con un personaje. Históricamente, nunca se han contado relatos tan largos, contados por tanta gente distinta, y esperando que tengan un mínimo de consistencia.

Sin salir del mundillo de los cómics, tomemos a Batman. La primera película moderna de Batman fue un evento mediático, al que siguieron otras tres películas (Batman Returns, Batman Forever y Batman y Robin), progresivamente más tontas y con menos recaudación. No queriendo abandonar un filón así, los propietarios de la franquicia decidieron "rearrancarla", con la sorprendentemente buena Batman Begins, y la aún mejor The Dark Knight.

Pongamos el ejemplo de Star Trek. Tenemos la serie original, la serie animada, the Next Generation, Deep Space Nine, Voyager, Enterprise y una docena de películas. Con el interés decaído, lo mejor que se les ocurre es tirar treinta años de leña muerta por la borda y volver a los personajes originales con nuevos actores en Star Trek, que no es una "precuela", sino un nuevo arranque.

En Star Wars, con séis películas, unas cuantas series animadas y centenares de libros, la cosa se ha puesto tan compleja que han tenido que definir "niveles de cánon", o sea, cosas que son "reales", cosas que son "reales" pero se pueden contradecir, y cosas que "no cuentan".

Otra variante del reboot es el "re-imagining". Se toma el material original, se respetan aproximadamente las tramas y los personajes... y se le da la vuelta completamente al contexto de la historia.

Battlestar Galactica fue una serieta de ciencia ficción relalizada al rebufo de Star Wars a finales de los setenta (lo cual se nota en los cortes de pelo, la ropa y la música disco). La serie la pusieron en España a principios de los ochenta, la época de las hombreras, el bollicao, y las eternas reposiciones de Verano Azul, así es que los críos estábamos entusiasmados.

Viéndola hoy en día, la serie está muy bien... para críos de diez años. En cada capítulo hay una docena de clichés televisivos de la época, los personajes son de cartón, y para una serie de ciencia ficción, los argumentos de muchos capítulos están copiados o de series de vaqueros o bélicas, con incluso un par de capítulos resolviendo crímenes. Como ya digo, la sería me seguiría encantando si tuviera diez años.


En el 2002, a un guionista de Star Trek se le ocurrió tomar la serie original y darle un toque de... realismo. Con bastante escepticismo, y la obstinada resistencia de los fans de la serie original (¿hay fans adultos de la serie original?), se produjo una miniserie de dos capítulos, bastante bien escritos, con decente actuación, y actualizando lo que nos gustaba de la serie original a la gente que hoy en día somos adultos.


La miniserie cuajó, y fue seguida por cuatro temporadas, de las cuales las dos primeras y la primera mitad de la tercera son muy buenas, la segunda mitad de la tercera y la cuarta son algo irregulares con muy buenos capítulos y otros de relleno, y el último capítulo nos dejó a muchos algo perplejos.
Si la serie original era una serie ligera de aventuras en el espacio, la nueva serie es un drama militar en el espacio, con personajes y conflictos razonablemente realistas, mucha angustia existencial, sexo, y quizá demasiadas referencias a eventos actuales como la guerra de Irak o el 9-11.

Y después de esta verborrea llego al motivo de este post: están haciendo una nueva versión de V.


La serie original fue un verdadero hit en España (con el atenuante de que sólo habían dos canales de televisión). Basándose en la ocupación nazi de la segunda guerra mundial, la serie contaba las peripecias de unos alienígenas reptilianos, escondidos bajo maquillaje que les hacía parecer humanos, a los que se enfrentaban un puñado de rebeldes, en inferioridad de condiciones.

He visto recientemente un par de capítulos, y como Battlestar Galactica, hay en cada capítulo de V docenas de clichés y cosas que no tienen sentido. La serie sigue siendo entretenida, sin embargo, y Jane Badler (Diana), tiene un morbo que se me escapaba cuando tenía diez o doce años.

El trailer de la nueva serie se puede ver aquí:



Es una pena que hayan cambiado los uniformes rojos por trajes más discretos de color gris (aunque un uniforme militar rojo sólo tiene sentido en la mente de un crío de diez años o en el ejército británico). El líder de los visitantes es una tal "Anna", que posiblemente sea la contrapartida de Diana en la serie original, y que está interpretada por la deliciosa Morena Baccarin, a la que alguno recordará por el papel de Inara, una prost... estoooo, Compañera Registrada en Firefly.

Del trailer no se puede decir mucho. Hay un indicio al final de que los alienígenas son reptilianos tras las máscaras humanas, pero parece que esta vez quieren centrarse más en el ángulo religioso que en establecer un paralelo con la segunda guerra mundial.
Deseoso estoy ya de leer las trifulcas en Internet entre los fans de la vieja serie y los fans de la nueva...

A modo de conclusión, diré que tengo la impresión de que cada vez se reúsan las historias en menos tiempo. Como ya digo, reciclar y reinterpretar historias es algo humano, y de hecho, es hoy en día más difícil con las leyes de la propiedad intelectual. Pero bien está, si reinterpretando la historia se hace mejor...

...lo cual muy habitualmente no es el caso. Que se lo digan a George Lucas.

5 comentarios:

  1. La última de Star Trek la he visto por cierto en el cine, pero no acabo de entender por qué es un reboot en vez de una precuela...

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  2. Luis, viendo a Diana ahora me he dado cuenta de que tiene el culo como un camión de 20 ruedas.

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  3. @Marcos: Reconozco que la película no la he visto, pero he leído un poco sobre la trama. La idea es que, viajando al pasado, Spock y el colega romulano cambian la historia, creando una "línea temporal paralela" en relación con la serie original (por ejemplo, en la serie original, Vulcano no ha sido destruído).
    En definitiva, aunque se trata de los mismos personajes y el mismo punto de partida, en el futuro harán con ellos lo que quieran, independientemente de la serie original (y todas las otras secuelas).

    @Pascual: Macho, si puedes averiguar el tamaño del culo de Diana en la foto que he puesto, entiendes mucho más de mujeres que yo. ;-)

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  4. Nano, yo no lo hubiera escrito mejor. Yo tb he visto la de Star Trek y si es un re-boot porque como dice Luis, al matar al padre de Kirk y destruir Vulcan han cambiado la linea temporal.
    Tengo curiosidad de ver como enfocan la relacion amorosa de Spock en este nuevo universo, me sorprendio un poco.
    Respecto a lo de V. Me entere por el blog de Tv de El Mundo, aqui (http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/27/asesinoenserie/1243388118.html) me partia de risa al leerlo.

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  5. Como diría el peque...¡¡¡cómo mola!!! Yo quiero ver 'V' !!!!! Aunque Cuatro ha estado reponiendo la antigua de V y El Cohe Fantástico y La 1 ha estado ya emitiendo algo del remake de El coche Fantástico aunq como mi TDT discrimina la tele pública...pues todavía no he podido verlo...¿Y no habéis pensado en que todo lo que hacen últimamente de publicidad y de programas y series es un guiño a nuestra generación? Y sino al anuncio de Coca-Cola me remito.

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