martes, 21 de julio de 2009

Fly me to the Moon

No es esto lo que tenía pensado escribir, pero ya que ayer fue el 40 aniversario del primer alunizaje, me gustaría escribir un poco sobre el tema.

Sobre astronáutica podría escribir páginas y páginas, y pienso que en el futuro escribiré más de un post sobre ello, pero voy a intentar ser razonablemente escueto, e incluiré material sobre el programa Apollo que puede encontrarse en Internet.

Todos los posts los empiezo con reminiscencias a mi infancia, y esta vez no voy a ser menos. La exploración del espacio me obsesionaba desde bien pequeñito, y tuve unos cuantos libros detallando las peripecias de soviéticos y americanos en el espacio. Por aquel entonces, los viajes a la luna estaban relativamente recientes, y en casi todas las revistas de divulgación y documentales se esperaba que para principios del siglo 21 habrían colonias permanentes en la luna, misiones tripuladas a marte y posiblemente al sistema solar exterior.

Pero la "Carrera Espacial" estaba para entonces (finales de los setenta y principios de los ochenta) en sus últimos estertores. La nación que conquistara el espacio demostraría que su modelo de sociedad (capitalista o comunista) era superior. De esta forma, para demostrar su poderío tecnológico, soviéticos y americanos se dedicaron a lanzar a las alturas a pilotos de pruebas en diminutas cápsulas en lo alto de enormes misiles. Cabe mencionar que tales misiles tenían originalmente como propósito transportar cabezas nucleares.
Tom Wolfe cuenta la historia, y la cultura de la época mucho mejor en su libro The Right Stuff, pero parte de la temática del libro se puede encontrar en este ensayo escrito para el New York Times.







(De arriba a abajo: Neil Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin, Michael Collins, la tripulación del Apollo 11).

A pesar de la intención claramente política del programa Apollo, como ser humano, y en particular como ingeniero, no puedo evitar admirar el tremendo esfuerzo, la ingenuidad, y el gigantesco par de huevos necesario para enviar a tres hombres a la luna y devolverlos a la tierra sanos y salvos.
Y he de confesar que aún me emociono cuando veo los 111 metros del Saturn V elevarse de la plataforma de despegue en una columna de fuego. Y que en otros tiempos me sabía de memoria las transmisiones entre el módulo lunar y el control de tierra durante la aproximación y alunizaje.
(Lo cual me da solamente un poco de vergüenza).

Lo que es una lástima es que, desde el principio, el programa espacial estaba pensado como una operación de relaciones públicas, y no como el primer paso en la expansión de la humanidad por las estrellas. Una vez el propósito de demostrar que América tenía los huevos más grandes se cumplió, y dado que los soviéticos no tenian mucho interés en seguir compitiendo en ese área, se redujo el programa espacial (tremendamente caro) a su mínima expresión : el Space Shuttle. Que aún sigue ahí, renqueante, después de casi treinta años.

Bueno. Pues para saber más recomiendo el libro A Man on the Moon. El libro me lo compré en mis tiempos en Viena, y, al igual que los frailes leen vidas de santos para inspirarse, yo leía las peripecias de los astronautas en la luna para darme fuerzas para acabar mi proyecto final de carrera. El libro inspiró la fabulosa serie From the Earth to the Moon, producida por Tom Hanks, y que detalla la historia del proyecto Apollo con una abundancia de medios y un rigor poco habitual para una serie de televisión.

Las transcripciones de las misiones Apollo, junto con todas las fotografías, diagramas y planes de vuelo se pueden encontrar en el Apollo Lunar Surface Journal. Este sitio es una mina de oro para cualquiera que tenga interés en ver materiales originales del programa Apollo.
Las fotos del programa Apollo, en alta resolución, se pueden encontrar en la Apollo Image Gallery. Actualmente están incluidas absolutamente todas las fotos tomadas durante cada una de las misiones, clasificadas por rollos.
El repositorio por excelencia sobre cualquier tema astronáutico es Astronautix, que existe incluso desde los tiempos oscuros de antes de Wikipedia. No sólo están todas y cada una de las misiones desde el vuelo de Gagarin, hay varios artículos muy recomendables sobre el programa lunar ruso, o las variantes y sucesores del programa Apollo que no se llegaron a construir.

Para los más jugones puedo recomendar Orbitersim, un fiel (y complejo) simulador de nave espacial freeware. El simulador tiene una activa comunidad, y hasta donde yo sé hay dos módulos que permiten pilotar las cápsulas apollo y reproducir las misiones lunares: AMSO (que es más sencillo de pilotar) y NASSP (más fiel a la realidad, y más complejo).

Si bien de pequeño fui un fanático de la exploración espacial, como adulto tengo que admitir que el espacio es el medio más inhóspito conocido, y el coste material de poner a un hombre a ese entorno y mantenerlo con vida no justifica (hoy por hoy) el posible beneficio. La exploración del espacio no tripulada, por otro lado, es mucho más eficiente, y ha obtenido muchos éxitos en las últimas decadas.

En fin. No puedo reservar unas vacaciones en el Mar de la Tranquilidad, pero a cambio puedo accceder a toda la discografía de Michael Jackson casi en cualquier punto del globo. No tengo claro que lo uno compense lo otro.

Pero quien sabe si algún día...

1 comentario:

  1. Pues yo creo que el primer alunizaje se rodó en un sótano de Hollywood. Que no, hombre, no llores, que es coña... :-)

    Yo también puedo recomendar la serie "From the Earth to the Moon" a todos los ingenieros (e incluso a las esposas de los ingenieros: Uli se papó toda la serie conmigo, y eso es mucho decir). Gracias al ingeniero que me la regaló.

    Ayer le pregunté a mi padre si se acordaba de qué es lo que hizo él aquella gloriosa noche. Él y mi abuelo abrían una botella de coñac a modo de celebración delante de la tele; mi abuela y mi tía se iban de nuevo a la cama, después de haberse puesto el despertador para no perderse el primer contacto.

    Espero algún día poder celebrar la llegada del hombre a Marte con mi mujer y mis hijos abriendo una botella espirituosa en frente de la TV en medio de la madrugada y que ellos se acuerden de ello con emoción cuarenta años después.

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